Ciudad de México, 12 de noviembre de 2019

En el sistema de justicia para adolescentes no se trata de sancionar por sancionar, afirmó el magistrado Sadot Andrade Martínez, quien puntualizó que éste más bien tiende a ser educativo.
En entrevista en 21 Noticias matutino, de Capital 21, conducido por Alejandra Gallardo, precisó que sin que deje de ser sancionador el sistema busca a que el joven entienda que las conductas delictivas no le llevan a un futuro adecuado.
“Lo que buscamos es que desarrolle todas sus habilidades; todas sus potencialidades hay que tratar de sacarlas, y evitar que sigan por un camino que los lleve a cometer conductas delictivas”, aseguró.
El impartidor de justicia consideró necesario que la sociedad entienda que cuando un niño o un adolescente comete un delito, esto se debe a una desprotección hacia él por parte del Estado.
Recordó que el artículo cuarto constitucional prevé un sistema de protección para la juventud. Sin embargo, advirtió que el Estado no le ha garantizado a ese sector de la población sus derechos a la educación, salud, vivienda, alimentación, esparcimiento, entre otros.
“Cómo puede exigírsele a un adolescente que se desarrolle de forma sana”, cuestionó.
También planteó que se debe entender la condición mental de un adolescente, la cual, según la psicología, dijo, es más vulnerable incluso que la de un niño, porque en ella domina el “pensamiento mágico omnipotente”.
Los jóvenes sienten que lo pueden todo, que no necesitan apoyo, cuando es a la inversa, abundó.
Al referirse a aquellos que plantean que los adolescentes que delinquen requieren ser castigados con sanciones más rigurosas, consideró que lo hacen alejados de conocimiento acerca del desarrollo y pensamiento juvenil.
“El día que entendamos que los jóvenes son diferentes y no podemos juzgarlos como a un adulto, y que todas las carencias de los jóvenes son nuestra responsabilidad como adultos, sociedad, Estado, es cuando vamos a poder llegar a un conocimiento adecuado y entender que al joven no se le puede sancionar con una pena corporal, sino para el efecto de que entienda que sus conductas han dañado”, concluyó el magistrado.