Ciudad de México, 30 de enero de 2020

La jueza 31 Familiar del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, María del Rocío Collado Macín, afirmó que el menor de edad violento será un adulto con la misma condición, por lo que consideró que este tema debe ser de interés para padres, maestros, y en general la sociedad, a fin de romper con esa inercia.

En entrevista en la emisión A todo terreno, de MVS Radio, conducido por Pamela Cerdeira, comentó que, como juzgadora de la materia familiar, ha notado que la violencia contra los niños y niñas que se percibe en los juicios no es la misma a la de hace casi tres décadas.

“El tema se va complicando cada vez más, y cada vez hay más violencia en contra de los niños”, enfatizó la impartidora de justicia, quien explicó que esta conducta es toda aquella que genera un daño a la persona a la que va dirigido, y puede ser físico, psicoemocional, sexual, y el cual repercute emocionalmente.

Al hablar de cómo una jueza detecta si un menor de edad padece violencia, Collado Macín dijo que esto se acredita con estudio psicológico, que arroja, asimismo, quién es el generador: la madre, padre, tutor o cualquier otra persona que tenga contacto con la víctima.

Comentó que en su trayectoria le tocó un caso en los que los abuelos de un menor de edad acudieron al juzgado para denunciar a su hija de maltratar a su nieto, y dijo que también se presentan casos en los que se denuncia que alguno de los progenitores no proporciona a sus descendientes alimentos; se trata, en este caso, dijo, de violencia económica.

“Esa violencia se llama violencia económica; esa violencia es sancionada por la ley, incluso con la pérdida del ejercicio de la patria potestad, en un juicio ante un juez oral. Esos asuntos los tenemos todos los días”, dijo Collado Macín.

Agregó que otro tipo de violencia a la que están sujetos niñas y niños es aquella que sufren derivada de las pelas de sus papás, que la mayoría de las ocasiones tienen que ver con la guarda y custodia, las convivencias y el reclamo de alimentos.

La jueza recordó que todo menor de edad tiene derecho a ser feliz, a la escuela, a una vivienda, a comida, diversión.

“Pero, ¿qué les dan sus papás cuando hacen actos de violencia? Inestabilidad, desasosiego, angustia, que el día de mañana el niño va a somatizar y llevará a su vida adulta”, concluyó.