Ciudad de México, 12 de marzo de 2020

El presidente del PJCDMX así lo expresó al imponer a tres impartidores de justicia la Medalla al Mérito Judicial, con el que se reconoció sus trayectorias en la institución.

Los galardonados son la magistrada Norma Raquel Lagunes Alarcón, y los jueces Hermelinda Silva Meléndez y Tertuliano Francisco Clara García.

Al reconocer la trayectoria de tres impartidores de justicia, el presidente del Poder Judicial de la Ciudad de México (PJCDMX), magistrado Rafael Guerra Álvarez, afirmó que los jueces no deben permitir que sus cargos ni sus grados impidan su aprendizaje, y subrayó que en la autocrítica, espíritu de servicio y en la humildad se consuma el mérito judicial.

En la sede del PJCDMX, consejeros de la Judicatura, magistrados, jueces y personal de la institución, se reunieron para reconocer a la magistrada Norma Raquel Lagunes Alarcón y a los jueces Hermelinda Silva Meléndez y Tertuliano Francisco Clara García, con la Medalla al Mérito Judicial, en cuyo acto Guerra Álvarez recordó que la vida de quien imparte justicia sucede en el claroscuro que hay entre el ojo público y la intimidad de sus aposentos.

Destacó que entre los tres galardonados suman 126 años de experiencia en la impartición de justicia, y subrayó la trascendencia de la labor del juzgador; más que un privilegio, dijo, se trata de una responsabilidad.

Con la presencia la jurista Clementina Gil, primera presidenta en la historia del órgano judicial capitalino, Guerra Álvarez sostuvo que no hay palabras suficientes para comprender la complejidad de impartir justicia, y que intentar abarcarla en una sola voz sería limitarla porque es tan infinita como el alma y la genialidad humana.

Impartir justicia, abundó, entraña una dualidad, como los lados de la balanza o el bien y el mal.

“La primera dualidad es que todos los juzgadores estamos unidos en el inmenso lienzo de la humanidad; en ese lienzo hemos trazado hermosas leyendas de virtud que han conducido civilizaciones, y también hemos escrito historias silenciosas que a menudo pasan desapercibidas para el ojo público, historias que representan grandes victorias para la raza humana”, comentó.

El magistrado hizo un repaso de las trayectorias de los homenajeados. Respecto a la magistrada Lagunes Alarcón, dijo que es abogada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); recordó que cuenta con una trayectoria en la institución de 57 años, en donde ha fungido como oficial judicial, secretaria de acuerdos, jueza, consejera de la Judicatura y magistrada en materia civil, actualmente adscrita a la Segunda Sala.

De la jueza Silva Meléndez, destacó que también es abogada por la UNAM, y que ingresó al PJCDMX en 1987, en el que ha desempeñado los cargos de jueza y magistrada por ministerio de ley. En la actualidad, precisó, es titular del Juzgado Vigésimo Quinto Penal.

A su vez, dijo, el juez Clara García, también abogado por la máxima casa de estudios, cuenta con una trayectoria de 32 años de servicio en la carrera judicial, en el que ha ocupado los cargos de secretario de acuerdos, secretario proyectista y actualmente juez Sexto Civil de Cuantía Menor.

A nombre de los galardonados, la magistrada Lagunes Alarcón pronunció un emotivo discurso en el que subrayó la trascendencia de la labor de emitir sentencias; tienen efectos en la sociedad, dijo, pero se emiten siempre con la clara convicción de dar a cada quien lo que corresponde.

Con lágrimas en los ojos, habló de su inminente retiro de la institución, luego de recordar que ingresó como meritoria en 1963 al único juzgado pupilar que había en la Ciudad de México, motivada por su padre el magistrado Iván Lagunes Pérez, a quien agradeció, al igual que a su señora madre y demás familia por el apoyo recibido.