Presentación del programa Sí al desarme, sí a la paz
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México así lo planteó en la presentación del programa Sí al desarme, sí a la paz, en la alcaldía Iztapalapa.
Destacó la política pública de impulso a la mediación en el órgano judicial capitalino, en la que quienes tienen un diferendo participan de manera activa en la resolución de su controversia.
Expresó a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, el respaldo del Poder Judicial local a toda política tendente a alentar la convivencia armónica de los ciudadanos.
Las diferencias entre las personas deben dirimirse con base en el estado de derecho, nunca a través de las armas, afirmó el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX), magistrado Rafael Guerra Álvarez, quien hizo un llamamiento a la ciudadanía para acercarse al órgano judicial capitalino a resolver las controversias jurídicas que se suscitan en la convivencia cotidiana, al subrayar que es la vía legal y la del derecho por la que se arriba a las mejores soluciones.
Al pronunciar un discurso en el inicio del programa Sí al desarme, sí a la paz en la alcaldía Iztapalapa, que encabezó la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, el magistrado urgió a la conciliación, al diálogo, a la paz y a la erradicación de las armas, y subrayó la necesidad de profundizar el combate al tráfico masivo de las mismas por parte del crimen organizado, además de que caiga el peso de la ley y la justicia sobre sus integrantes.
En el atrio del Santuario del Santo Sepulcro, enfatizó que en el TSJCDMX se fomenta la cultura de una paz construida mediante el diálogo entre las partes en conflicto, al recordar que en la institución se ha desplegado un esfuerzo por impulsar la mediación como política pública de justicia alternativa, cuya premisa es ganar-ganar porque gracias a ésta se arriban a soluciones consensuadas alejadas del modelo de justicia tradicional de impartición de justicia en los juzgados ordinarios, en los que el juez emite una resolución que no termina por gustar a una de las partes.
Con la mediación, explicó, quienes tienen un diferendo participan de manera activa en la resolución de su controversia, y al llegar a un acuerdo con su contraparte el convenio al que arriban tiene la misma fuerza legal que una sentencia.
Guerra Álvarez planteó que alejar las armas de fuego de las familias, de los hogares y de las manos de los capitalinos es avanzar en la lucha contra la violencia. Se trata, abundó, de un paso más por la paz y la tranquilidad social, que es un legítimo reclamo de todos los habitantes de la Ciudad de México.
Con la presencia de la secretaria de Gobierno, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, y de la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada Molina, entre otros funcionarios, el representante del Poder Judicial sostuvo que, contrario a lo que muchos podrán pensar en el sentido de que cuando el peligro aumenta es necesario tener un arma como medio de defensa, en realidad éstas representan un peligro mayor. “¿Cuántas muertes se han suscitado en accidentes por el mal manejo de rifles o pistolas?”, cuestionó.
Destacó que el verdadero camino para resguardar la integridad física, así como la seguridad, la tranquilidad en las casas, en los comercios y en las calles es alejarse de las armas.
Al expresar que los hombres y las mujeres de paz no tienen porque estar armados, Guerra Álvarez dijo aplaudir programas como el Sí al desarme, sí a la paz porque no sólo significan un avance en la sana convivencia, sino que fortalecen la vida cívica, además de que abren la oportunidad para obtener recursos económicos en familias que a diario luchan por su sobrevivencia.
El magistrado expresó a la jefa de Gobierno el respaldo del Poder Judicial local a toda política pública de su gestión tendente a alentar la convivencia armónica entre los ciudadanos, e hizo un reconocimiento a las autoridades eclesiásticas por permitir que los atrios de las iglesias se conviertan en un espacio de confianza para que la gente lleve hasta esos recintos las armas para su destrucción.
Asimismo, agradeció al personal de la Secretaría de la Defensa Nacional su aportación para que el programa de desarme tenga éxito. Cada arma que destruye el personal de la institución castrense, destacó, puede significar la vida de muchas personas.