Ciudad de México, 28 de junio de 2019.

El presidente del TSJCDMX es galardonado junto a Raúl Carrancá y Rivas y Eleazar Rubio Aldarán; reconoció la trayectoria y logros de los juristas.

Guerra Álvarez aseguró que la impartición de justicia en la CDMX encara una época de grandes cambios; en el Poder Judicial están decididos a mantener el significado del juzgador como un profesional especializado del mayor valor ético y social.

Carranca y Rivas habló ampliamente sobre el nuevo sistema procesal penal. Coincidió con el titular del Poder Judicial de eliminar el auto de vinculación a proceso.

Y Rubio Adarán dijo que el objetivo común es erradicar de la impunidad, la desigualdad, la violencia y la búsqueda de la justicia para todo el pueblo.

Al recibir el Doctorado Honoris Causa, otorgado por la Barra Iberoamericana de Abogados, el presidente del Poder Judicial de la Ciudad de México, Rafael Guerra Álvarez, aseguró que la impartición de justicia en la capital del país encara una época de grandes cambios, con la implementación de la oralidad en todas las materias y la consolidación de la cultura de la mediación.

Sostuvo que en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México están decididos a mantener el significado del juzgador como un profesional especializado del mayor valor ético y social, que debe su legitimidad a la honradez, sensibilidad e imparcialidad de su actuación. “Esa es la causa que heredamos, y la causa que legaremos para las generaciones del futuro”, precisó.

En la ceremonia, en la que también fueron galardonados Raúl Carrancá y Rivas y Eleazar Rubio Aldarán, Guerra Álvarez destacó que todos los magistrados y jueces, que forman parte del TSJCDMX, comparten los mismos propósitos: la implementación de la oralidad en todas las materias; apostar por los medios de justicia alternativa; consolidar una nueva cultura de la mediación y, sobre todo, consolidar la infraestructura del Tribunal, con la ampliación de juzgados y salas de nuevas competencias.

En su intervención, también habló sobre la educación. Al respecto dijo que la responsabilidad de un educador es tan grande, que puede cambiar el rumbo de la historia; salvar y condenar vidas humanas. Y la responsabilidad del juzgador también.

“Por más que la humanidad siga su paso hacia la modernización y la tecnología; nada podrá sustituir el contacto personal de un maestro, que consuma su labor en las enseñanzas a sus alumnos. Siempre me ha parecido fascinante cómo todos queremos aprender; pero pocos estamos siempre dispuestos a que nos enseñen. Por eso, hay mucho que agradecer de la paciencia, la constancia y el amor de nuestros maestros. Dedico este gran honor a su legado”, dijo el magistrado.

En las manos del educador, continuó, sólo está conducir al alumno a aprender por sí mismo y de sí mismo; es por eso que un educador nunca sabe las vidas que toca y las causas que despierta. El educador siembra su esfuerzo para que germine en las generaciones del futuro y sólo sus alumnos y el mundo cosecharán sus frutos.

Dirigió un mensaje a Raúl Carrancá y Rivas y a Eleazar Rubio Aldarán. Del primero destacó su trayectoria académica, hasta convertirse en uno de los autores más prolíficos de las ciencias penales; la vida de Raúl Carrancá es esencial para entender al Derecho Mexicano. “Un hombre que ha hecho de su vida el significante mismo de la enseñanza del Derecho, y más aún, significante de mi universidad, la Universidad Nacional Autónoma de México”, acotó.

Los logros de Carrancá y Rivas ya no se miden en sus méritos individuales; se miden en sus méritos generacionales. Con 50 años de trayectoria docente, su aportación se mide en las vidas que cambiaron para siempre después de recibir su cátedra o consultar su impresionante bibliografía.

De Rubio Aldarán reconoció su profunda esencia social: Su trayectoria refleja una vocación de justicia y servicio al prójimo que lo ha colmado de distinciones, hasta convertirse en diputado de la Primera Legislatura del Congreso de la Ciudad de México. Comentó que su legado legislativo destaca con iniciativas para reformar o crear diversas disposiciones constitucionales y leyes secundarias como la Ley de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil y la Ley de Cultura Cívica de la capital del país.

Por su parte, Raúl Carrancá y Rivas coincidió con el magistrado presidente del TSJCDMX de eliminar el auto de vinculación a proceso y algunos otros puntos abordados por Guerra Álvarez, en su discurso de toma de posesión y le hizo un reconocimiento.

Aseguró que los legisladores, salvo honrosas excepciones, legislan sin conocimiento pleno del tema, sin preparación y casi al vapor. Manifestó su idea de hacer volver a México a la paz social, a la prosperidad y al estado de derecho.

A su vez Rubio Aldarán consideró que la Cuarta Transformación que el presidente de la República ha iniciado es necesario acabar primero con la corrupción y que los gobernantes trabajen por el pueblo de México y no para su beneficio.

Dijo que está trabajando con el presidente Andrés Manuel y con Claudia Sheinbaum, con Seguridad Ciudadana, Procuración de Justicia y Poder Judicial, para atender y erradicar todos los males que aquejan a la ciudad, la erradicación de la impunidad, la desigualdad, la violencia y la búsqueda de la justicia para todo el pueblo; ese es el objetivo en común que desde luego se logrará con trabajo, dedicación y amor a la función que cada uno desempeña.

David Daza Madrigal, Carlo Daza Madrigal, Adriana Arroyo Cuevas y Guillermo Román Franco impusieron los birretes, los guantes y las medallas a los tres galardonados, a nombre de la Barra Iberoamericana de Abogados.